Yoga, Ciencia del Ser - Susana Magonio
  LLegando a Chennai
 


 

 

Viajando sola a India

   


Llegada
 

23 de diciembre a Chennai, antigua Madrás

 

Adyar

 

Pondicherry,
lugar donde se filmó “Una aventura extraordinaria”

 

Auroville,
Ashram de Sri Aurobindo

 

TIruvannamalai,
Ashram de Sri Ramana Maharshi, Colina de Arunachala

 

Madanapalle

 

Rishi
Valley

 

 

 
 

 







Maya

 
 
 
Ir al sur de India como algo no previsto, ya que jamás se me había pasado ni remotamente ir al sur. Pero, en esta vida, suceden cosas “inexplicables” y me encontré yendo a esa tierra de
los drávidas
El sur de India es diferente al norte, se huele un aroma ultra ancestral Saliendo de Argentina, desde el aeropuerto de Ezeiza, con toda la emoción contenida en un interrogante
infinito y concretándose un sueño añorado, ¡viajar a India, SOLA!
Viajando solos, suceden
siempre otras cosas, ¡sin lugar a dudas!, ya que es estar absolutamente
conectados con lo más íntimo de uno, no hay espacio para escaparse a ningún
lado, se está o no se está
Y partió el avión, y partí,
yo, ¿yo? Claro, sin que nada se sepa y sin embargo haciendo lo que se tiene que
hacer
Todos los ¿y, ahora? suspendidos,
no cuestionados, no hablados, una atmósfera de asombro desde el primer instante
Ya en el avión, empezó a sentirse la carencia del idioma, (el inglés) una pregunta al pasajero de al
lado y, todo un, sorry, ¿what?, gran dificultad pero…
El viaje de ida, tranquilo,
encontrarme en Río, sin bajar del avión, y seguir a Dubai
El aeropuerto de Dubai es una cosa interesante pero, bueno, a uno le interesaba llegar a Chennai, India y llegando allí, bajar, hacer todos  los trámites, y encontrarme con Maya, amiga de Anabel, (Anabel, querida amiga, alumna)
Buscaba a Maya, y no la encontraba, había un espacio en donde daba toda la sensación de que eran
personas esperando a los viajeros y yo que no la veía a Maya por ningún lado,
¿qué hacer? Miro alrededor y veo en un
puesto-negocio de celulares a un hombre y ¿cómo le digo lo que me sucede? que
espero a alguien y no está y que si el me permite su celular para llamar a la
persona que me tiene que venir a buscar,…la cuestión que ¡oh! todo se
solucionó, me entendió, me prestó el celular y en realidad él mismo llama a
Maya, me comunico con ella, y ¡oh voila!, está fuera del aeropuerto
¡esperándome!
Y de allí en más, ir con Maya
a su casa, manejando ella su auto, como un as al volante, en esas calles en donde la sensación es estar en
una pista de autitos chocadores, y
  ya, en el departamento
Se me dio una habitación con baño privado y por una semana estuve allí con Maya y con gente que iba
apareciendo, sonaba el timbre y entraba una criatura y al rato otra y al rato
un muchacho, que resultó ser el padre de estos chicos, ¡mellizos!
Maya es un alguien muy especial, generoso, ultra práctica y expeditiva. He conocido a su familia, Hema
su hermana con la que realmente uno se ha sentido muy bien, hace música con un
teclado en colores y la baja de internet y ahí estuvimos “haciendo música” Conocí
a sus padres y también a este amigo de Maya, de su época de estudiantes, Ajei, padre
de los mellizos, que me gastaron bastante por no saber el idioma






Al día siguiente Maya me llevó al museo de Chennai, que es uno de los principales
puntos turísticos de la ciudad, con sus secciones de zoología, historia
natural, arqueología, arte, allí fui “dejada”, Maya se iba a su empresa a
trabajar y por más de cinco horas estuve recorriendo ese “lugar”, digamos,
interesante…
Maya, me había dejado el número de su celular para que la llamara cuando terminara de recorrer el museo, llamé a las 17 y apareció a las 18 y 30. Uno ya conoce los tiempos de los hindúes,
pero fue demasiado, y al llegar no dicen ¡oh, lo siento!, no, y fuimos a comer
algo, enfrente del museo. ¿Qué es lo que había enfrente del museo?, aparentemente nada, se veían solo casas viejas, y nada más. Pero dando unos pasos y entrando por un espacio como si fuera un pasillo, se entra a una galería, con distintos pisos, negocios, y por supuesto, confiterías, bares
¿Qué decir? Nadie podía pensar que había allí, eso. Volvimos al departamento, pero
solo a encontrarnos con el amigo de Maya y sus hijos y fuimos a recorrer unas
galerías, allí entramos a un lugar de ¡¡¡autitos chocadores, juegos, si, de
verdad, y los cinco, ¡JUGAMOS!
  Y ya después, en esa galería, había
un negocio de exposición de peces, en donde el vendedor, nos explicó
pacientemente que era cada uno de esos especímenes,
y de allí, ¡fuimos a cenar!,
el día era, interminable.
Al día siguiente el sol salió
un poco para mí, ¿por qué? porque me “dejó” Maya en, ¡Vasanta Vihar!, antes habíamos pasado por la Sociedad
Teosófica que se encuentra en Chennai, antigua Madrás y no pudimos entrar ya
que había un acontecimiento de esa institución, una pena porque, más tarde me
enteré que es un lugar muy hermoso, por lo edilicio y la naturaleza en el que
está enclavada la Sociedad Teosófica
                                                 Y, ¡¡¡ LLEGANDO A, VASANTA VIHAR
                                         

  
  
 

 
 

 

  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 


 


 


 



 

 
 
 
   
 
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