Vivir sin conflicto, es vivir una vida sin esfuerzo alguno, una vida en paz
Habíamos visto que, el verdadero maestro no evalúa, no mide, a él, sólo le interesa el sufrimiento y la terminación del sufrimiento
También habíamos visto, que estamos metidos en una estructura conocida como “sueño despierto” (así como está el sueño dormido) y de la que tenemos que despertar, y también se vió con claridad, que lo que “llamamos” felicidad, (placer) en realidad es, el cese momentáneo, un intervalo, entre dos estados dolorosos
Síntesis: El común denominador de la mente humana, es el sufrimiento
También habíamos visto, que lo más bello de lo más bello “en este mundo, en el otro y en ninguno” es el estar uno con uno mismo, ¡pero!, ¡pero!, si por este “uno mismo” entendíamos Silvina con Silvina, Juan con Juan, Susanita con Susanita, estábamos al horno, este “uno mismo”, es el Silencio, la Totalidad, la mente quieta pero viva, es el volver al Hogar del que nunca se ha salido ni no salido, es el ¡darse cuenta! Yóguico, donde ya, ¿a dónde ir?, ¿a quién buscar?, se dio, estalló, la visión de la Realidad idéntica en sí misma, es, Unidad
Y sí, nos vamos “volviendo” muy ágiles en este tema, y lo expresamos así: “El que ve los colores en la luz
Y la luz en los colores, es el……”
Parafraseando a: “El que ve el devenir en el Ser y el Ser en el devenir es el iluminado” (en realidad, se produjo la iluminación, no hay un alguien)
Y ya, llegado a este punto:
¿Qué más?
¿Qué menos?
¿Que hablar?
Y sí, está apareciendo la nueva herramienta aunque vieja (siempre estuvo, está, estará) que es el “poder de la vida”, que equivale a energía inteligente, energía inteligente de la vida
Ella actúa, ella opera, ella obra, en definitiva, toma el bochín en el mundo relativo, y en lo más íntimo, aparece un sentido de Presencia, “Soy Presencia consciente”, Presencia consciente que precedió a la aparición de este cuerpo con consciencia y es mi verdadera identidad
Esto es, lo que realmente somos todos
Esta es, la Realidad
Es, el Aquí y Ahora
Entonces, ¿cómo puede el esfuerzo de “un alguien” alcanzar - La? (A la verdadera identidad)
Pero bueno, hasta no despertar, estamos metidos en este barco de la avidya, de la ignorancia, tomando una cosa por otra, y mientras sigamos en avidya, la ignorancia es nuestro sostén, nuestro soporte, y “ella”, la ignorancia, reclama la existencia de una cosa y de la otra, del me gusta, no me gusta, te quiero, te odio, y encima para colmo de males, mete y reclama un Dios que nos conceda Gracia y también que nos cuide y nos proteja
Pero, ¡hasta cuándo!
Dice el Maestro: “Hasta ese día en que uno se dé cuenta, (caiga del burro), y se establezca en su identidad real, “Yo soy” (Sin la imagen, sin el esto o aquello, “soy músico, ingeniero, etc., ¡Señor, usted es un hombre que hace música!)
(Recordar el ejercicio de la mañana al despertar: “yo soy” sin ningún agregado)
Y ya, anclados en “esa Presencia” en nosotros mismos, “Poderosa Presencia, Yo soy”, (Consciencia Impersonal) todos los dioses habrán cumplido su misión, su función, y como los padres viejos ya, nada
Estamos en una era en donde a lo dioses ya se les ha pasado su tiempo y sí, ¡que se vayan todos!
Atravesamos la ignorancia, ya nada tenemos que ver con la madre cósmica, ¡hay que cortar el cordón umbilical con ella!
Nos establecemos en el conocimiento del Ser, más luego ese conocimiento también es trascendido y “aparece”, “Lo Que Es”, adviene a uno, se topa con uno
Y ya la noción de ser un “Yo soy”, se fue, se tira, cae (en realidad ya no hay un alguien que haga nada)
Y así como los padres desaparecen, el conocimiento “Yo soy”,
¡desaparece! (El “Yo soy, es el Padre)
Cuando cae el “Yo soy” , (porque es, sueño despierto)
sólo queda; el Silencio
Claro, antes del “Yo soy”, no había nada ni nadie, ni necesidades ni reclamos de nada
¡Silencio!, que es, TODO
¡Ah!”, cuando en vida cae, muere el pensamiento - ego, aparece la Verdad, luego la muerte física no cuenta, en realidad, no pasa ya, nada