¡Descubriéndole el truco!
Claro, hay que descubrirle el truco y, ¡ya!, no más “susto”
Diría David Bohm: “Así como al descubrirle al ilusionista, el truco de la mujer cortada en dos, así, descubrir, el acto de prestidigitación del ego”
Construcción falsa, “aparecida” desde tiempo inmemorial, y sí, hasta que no se le descubra “ese acto de falsa separación”, seguirá "mortificándolo", ¡todo!
Así que; en vez de ver televisión, y por allí, hasta leer un libro, ¡menos ir al shopping! (o sí, está todo bien) ¡sí!, un tiempo libre para que ese “pequeñin vocinglero” (pensamiento-ego?) se relaje en la inacción
Entonces, entrando, en el estado de no-hacer, y claro, no-conocer, y por supuesto, no-moverse
Atención, esto de no moverse, no tomado como entrar a ser una estatua, y de “sal”, ¡no!
Amablemente, sentarse porque sí
Abriendo una ventana, y …
Si el aire quiere entrar o no, pues es asunto de él
Por este lado, digamos, por el de uno (¿qué será ese uno?, es una chanza) sabiendo que no hay necesidad de pensamiento alguno, de emoción alguna, simplemente, nada menos, ¡estar!
Sin aguardar, nada, y, ¡ah!, adviene el relajamiento
Si esto sucede, lo del relajamiento, ¡que maravilla!, y ya, saliéndonos de la fragmentación, o sea , de la personalidad, que habla de anhelos, ambiciones, teorías, sistemas, técnicas, ¡cosas añadidas!
No hay movimiento del pensamiento, y, ya, fuera de los grilletes de las palabras, las ideas, de la jaula, la prisión del movimiento, que con los barrotes del tiempo ahoga lo real, ¡el contacto con el aire freso!
¿Es que lo incondicionado entrará por la ventana porque sí, y se moverá en el vacío del silencio?
¡Que importa!
Sí, esa memoria llena de heridas, sufrimientos e ideologías, ¡cae! (como el ego de Dan, ¿se acuerdan? de la película "El guerrero pacífico")
No más la noria triturante de la memoria colectiva humana, esa matrix que es pasado, llena de tiempo psicológico, y claro, ¡ego falso!