Hay una inteligencia que no tiene pasado ni futuro

En nombre de la especialización, nos hemos apartado de lo real

Es cierto, al comienzo, uno se siente confundido, si en este nivel de vida físico, en este nivel material, el fragmento, o sea el yo herramienta, es una consciencia “solvente” y, tan eficaz

En lo funcional, en lo práctico, y sí, es necesario, ¡pero!, ¡pero!, todo esto, ¿trasladado a la vida real?

Pareciera que la vida misma nos hace un guiño, y estamos en tiempos de ¡descubrir!, ¡y por nosotros mismos!

Y sí, es verdad, también con el gran y dramático riesgo, de que en este terreno tan único, el de la vida real, (terreno de lo absoluto) se meta todo lo de“ese” terreno tan grosero, (el de lo relativo) por grueso, denso, que no deja pasar ni una brisa de claridad

 “Ese” terreno, que es el del movernos a través de la actividad del cerebro, el que sólo sabe actuar, funcionar como computadora, y que sí, así tiene que ser en esto de lo operativo, ¡pero!, ¡pero!, en este terreno, que es el del presentir la libertad, ¿seguir entrando desde la estructura de la trampa, la cárcel, la Matrix del ego?, ¿hum?

Observándolo todo, sin opciones, ¡claro, es tan difícil ver esto, y cuando se lo ve, es tan sensato!

Si, estamos rodeados de cambio, impermanencia, esta realidad transitoria, y en este terreno de lo dual de la mente humana, la moneda del sufrimiento, con sus dos caras, una de placer y la otra de dolor, que no para de moverse

No es fácil, es verdad, hasta diríamos que es, durísimo, doloroso

La realidad de la vida, es una totalidad, y lo que para nosotros es caos, en el total, es, un orden

Al ir viendo todas estas cosas, por lo que son, adviene la mutación real, ya que viene o se produce, no por ningún movimiento personal, sino que se mueve, “esa energía de la comprensión”, que estalla en el acto de ver

Y, ¿dónde se comprueban todas estas cosas?, ¡ah!, ya la mente humana queriendo que le aseguren todo