Yoga, Ciencia del Ser - Susana Magonio
  "En realidad ya ha comenzado....."
 

Estamos realmente entrando en la era espiritual (En realidad, ya, ha comenzado)

 

Nuevas vías de pensamiento
Nuevas formas de enfoque
En verdad, ojos limpios, que sólo, reflejan, y surge un luminoso gozo espiritual.
Al estar en este “camino” (Sin caminos) sentimos que es como encontrarnos con lo que siempre hemos sabido y no acertábamos a asir.
Estamos hablando de una genuina espiritualidad, ya que es “ella” misma la que se “mueve”
La educación, cambiará de base, de una base materialista se abrirá a una espiritual, de hecho, la educación del futuro será, espiritual.
Ya se ha visto que todos los esfuerzos de la mente humana, en el terreno psicológico, han fracasado, sólo hay una Sabiduría, y esa es, la de la Inteligencia de la Vida, y es “Ella” la que es hora ya, tenga su lugar (Siempre lo tuvo, lo tiene y lo tendrá)
Esa Energía Prístina limpiará la atmósfera mental enrarecida del ser humano.
Todos estamos “llamados” a aprender sobre la naturaleza real del ser, la naturaleza espiritual, y este aprender, es la esencia de la Vida misma, es la Verdad que “anhelosa espera” (En realidad nada quiere ni quiere algo, es una forma poética de expresarlo) el despertar de los hombres, Sus hijos.
Cómo no darnos cuenta que la Vida está con y en nosotros, que, en realidad, somos esa Vida.
¿Qué otra educación, enseñanza, aprendizaje que la verdad espiritual?
Si no hay un Ver claro y distinto sobre este tema de la educación real, siempre haremos agua.
Aquí, en este aprender, no hay opciones, los hechos hablan de por sí, y van “poniendo” claridad en nuestras vidas
El Yoga, esta ciencia del Ser, es en sí mismo, un aprendizaje, una educación incesante, y este aprendizaje, es comprensión, entendimiento, liberación.
Esta Ciencia del Ser, no es tomada por un ratito, como quien dice: “bueno, ahora voy al gimnasio o al curso de filosofía, o al taller de literatura, y sigo con mi vida”
Es el todo del todo, es el todo de la vida, de la nuestra, de la de cada uno de nosotros, se filtra por cada rinconcito de los distintos aspectos de nuestros días. En realidad, constantemente está “sucediendo” una mutación de perspectiva (Una perspectiva que no tiene centro, ni interés propio, es libre como el viento, es como aquel en la cima de la montaña, mirándolo todo y viéndolo todo)
¡Ah!, pero este aprendizaje, no es nada académico, no le interesa la teoría, es como la de un Leonardo Da Vinci, sin instrucción alguna que lo limite, y “usando” la Inteligencia de la Vida, la descubría, un descubriendo y aprendiendo, y aprendiendo y descubriendo constantemente.
¡De esto se trata!
En este “llamado” proceso de educación espiritual, no se puede “empujar” ningún crecimiento mediante ningún invento, técnica del humano, muchas veces, estos esfuerzos son, contraproducentes, nos meten nuevamente en el querer alcanzar, llegar, ser mejor, etc, etc, etc, sólo que esta vez en el terreno espiritual, el mismo reclamo del “chiquitín”
Y ¡ah!, que contrario es todo esto, lo de la comprensión espiritual, a lo que supone la mente humana, no es trabajosa, no es con esfuerzo, es poderosa calma, intensa, y no nos aparta del goce de la Vida, es un amalgamar “intensidades”
Es un entrar, en este terreno de amor, en donde aparece una “forma” práctica de liberarse en forma total, de la angustia, el desasosiego, la incertidumbre, la esclavitud de la existencia identificada con el concepto corporal, material, en donde el pensamiento en movimiento (Siempre hablando en lo psicológico) se encarcela a sí mismo a la maya, a la ilusión de que hay vida en lo denso, lo grosero, la materia, siempre viendo sólo la cáscara, sólo el títere, ¡pero!, ¡pero!, movido por esa “Mano de Dios”, La Energía Inteligente.
Al ir viendo las cosas por lo que son, se abre una grieta en el entramado ajustado de esta historia de ilusiones, creada por una mente en movimiento, que junto con los sentidos materiales se metió en el gran sueño, en la gran maya que nos aleja de la Realidad.
Ese “pequeñin vocinglero” (el ego) que se cree entidad real, sólida, cuando sólo “es”, lo que el mismo pensamiento habla.
¡Un alto!, ¡un stop!, es necesario en esta carrera, correa transportadora, que está dando por resultado siempre lo mismo y de hecho, este alto, el detenernos, tiene que ser hecho por el “Ver” de nosotros mismos, ¡nadie puede hacerlo por nosotros!
Los ojos se abren, la comprensión amanece, vemos con tanta claridad, que “creamos” nuestras experiencias, ¡tanta cosa subjetiva!
Las cosas que parecen externas, cosas que nos pasan y ¡caemos en la cuenta!, de que son “los hechos” de una mente que vive en  aquello que proyecta ella misma.
Sueños de una mente que se cree separada del resto, separada de Ella, la Vida.
¡Gran equivocación!, creer en las historias que nos está contando el pensamiento, que está soñando una mente así
¡Ah!, y el sufrimiento que trae esta forma de vivir, es quien aparece como “el sapo feo que trae en su frente joya de gran valor”, y esa joya es, el dolor, ya que nos lleva a ser perceptivos a “lo que es”,a lo que nos habla la Vida, y no a aquello que nos habla la “parloteadora”
En todo esto no hay nada de intelectual, de hecho, no hay métodos, ni sistemas en este despertar espiritual.
Las técnicas son como “un huevo podrido”, de nada sirven
Surge con la fuerza de la comprensión real, el ir viendo las cosas sin distorsión alguna, sin interés propio, sin motivo alguno, y el sol estalla sin pedir permiso, porque él mismo tiene la autoridad (No el autoritarismo) de la Verdad.
Y, ¿qué queda luego de esto? Nada.
El Silencio, aparece Él, que siempre estuvo, está y estará, y es, ¡Inconfundible!
¿Quién podrá venir a decirnos es o no es?, y en nuestra frente brillará la Luz, Ella, el Alma, el Atman, (sabemos que todos estos son nombres nada más, pero, ¡pero! si caen los nombres y “eso” que no se lo puede hablar aparece, ¡¡¡ah!) sin necesidad de que nadie “La” confirme o deje de confirmar.
Este aprendizaje espiritual, esta educación real, no tiene comienzo ni fin, ha empezado a danzar en ese terreno en donde no se puede delimitar lo Absoluto  -  Lo Relativo, porque ellos mismos son la Danza de la Vida que se mueve, sin esfuerzo alguno.
 
              “El que Ve el devenir en el Ser,
                   
                    Y el Ser en el devenir, es,
                         
                          iluminación”
 
 En realidad, aparece ese Estado Prístino de Amor, Verdad, Vida

 
 
   
 
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