En el Katha Upanisad se oye la siguiente voz:
“Oh, entidad viviente, estás dormida en el mundo material, el mundo relativo, el mundo de lo transitorio, por favor, levántate y aprovecha tu forma humana de vida, e indaga sobre la Verdad”
Todo el mundo, está bajo el encanto, el hechizo de la energía ilusoria, maya, y nadie tiene un verdadero interés en los valores reales de la vida.
En esta condición dormida, que recibe el nombre de “kala-Sarpa (el factor tiempo), el alma condicionada, permanece en un estado de ignorancia y por ello pierde su Conciencia Pura (el Budita)
En el plano de vida relativo, nadie vive en paz, el mundo material funciona dentro de los recelos y envidias de las personas.
La característica de este mundo material:
“Hay muchas transacciones entre naciones y sociedades, pero poco a poco, las partes acaban enemistándose”
Así que, uno se pregunta, ¿en los senderos del bosque de la vida material, cuál es la finalidad de la vida humana?
Si descarriados, confundidos por esta energía ilusoria que
hace tomar por real lo que es irreal, ¿cómo liberarse de las garras de maya?
Esta vida material, este plano de vida relativo, este juego de luces y sombras, de alegrías y tristezas, ¿tiene que ser necesariamente así, o en alguna parte hay alguna confusión, alguna equivocación?
Es interesante recordar aquí, cuando a Krishnamurti se lo acusa, en cierta forma, de escapar del mundo con esta búsqueda de la Verdad y él contesta, “No, justamente ha sido este mundo que me dio la posibilidad de entender, de comprender que hay otra cosa, y que la vida puede ser maravillosa si se despierta del sueño del pensamiento-ego, construcción errónea, que se ha formado desde tiempo inmemorial y ha dada por resultado este estado de confusión y enredo en que vive toda la humanidad”
La vida humana, parece ser, es la que nos da la posibilidad, de despertar de este sueño material en el que entró el alma libre, al quedarse dormida.
Pero, el alma condicionada, no tiene interés de revivir su relación con “Lo que es”, lo Real, y por consiguiente se deja atraer por las actividades materiales, que son útiles y necesarias, ¡pero! permanece en ese terreno, cautiva, como si fuera lo único y el todo.
¿Es posible liberarnos de las garras de la naturaleza material?
¿Es posible cortar el nudo apretado de la energía ilusoria que nos hace creer que somos eternos en este cuerpo material, por más que digamos que entendemos que tenemos que partir?
Este mundo material, al cual se lo compara con un árbol de ilusiones, del cual podríamos desgajarnos si viéramos con claridad, las raíces del enredo.
No discriminamos entre lo real e irreal y seguimos atados a la construcción falsa del pequeñin vocinglero, sintetizado en: “Yo y el mundo”, “yo y el otro”
Separándose siempre, como si fuera una isla, cuando lo que Es, es ese Único Océano de Paz, de Bienaventuranza y Conciencia.
Es necesario tener noción de la posición constitucional del alma, y despojarnos del erróneo concepto corporal de la vida.
Veamos, el Alma pura que cae en el bosque de la dualidad, ¿cuál es la razón de que el Alma caiga?
Se dice que a esta pregunta, ni los grandes videntes espirituales, (los Rishis) pudieron contestar, pero el hecho es, que así es.
Bajo la influencia de las tres modalidades de la naturaleza material (sattva - la armonía, rajas - la actividad, tamas - la inercia), la entidad viviente pasa por distintas especies.
La entidad viviente, empieza su vida material con la mente y los cinco sentidos, que son de adquisición de conocimientos, y en ellos y con ellos, lucha por la existencia en el mundo material.
Estos sentidos junto con la mente parloteadota, o sea, en movimiento (siempre hablando en el terreno psicológico, en donde se da el querer llegar ser, a través del tener, ya sean cosas materiales, o adquirir conocimientos para ser
más o cualquier otro prestigio falso) son como ladrones, ya que privan al hombre, de conocimiento real.
El hombre se identifica con lo que en realidad no es, con su cuerpo, sus sentidos, sus emociones, sus pensamientos, y el “hombre real”, no es nada de eso.
Todo eso, ha sido dispuesto para que pueda despertar y ver que ya, ES.
Parece ser, que entramos en esta “lila”-“juego” de la vida, y creemos que podemos alcanzarlo todo, y de hecho así es, pero después de un tiempo de andar, llega la pregunta con un grado de profundidad mayor, ¿qué es lo que quiero en verdad? Y ahí uno se da cuenta, que lo que buscaba apasionadamente siempre estuvo allí, bien cerca, y es esa paz, ese Budita, ese Ser inexpresable, que está “más allá” de la palabras y de los murmullos y del ruido, de las penas, las alegrías, los dolores y placeres, es el Todo, la Totalidad, el Uno sin segundo “Aquello” del que habla, señala, la filosofía Vedanta.
(El término Vedanta, significa la terminación definitiva del conocimiento humano, para dar paso a la Realidad que ya es, fue y será)