Yoga, Ciencia del Ser - Susana Magonio
  Desde el estado de relajados "Prestar Atención" ("ejercicio"de auto-limpieza)
 





El origen de muchos problemas:
desesperanza
 resentimiento
                              falta de amor hacia nosotros mismos
culpa,
¿Dónde el origen?
Abordar todo esto desde no otra modalidad, método, sistema, sino desde la perspectiva de la totalidad, o sea, del ver las cosas, “tal y como son”
Es una dimensión sin dimensión. No nos incumbe a nosotros “hacer nada” (y lo vamos a “hacer”, todo)
Es “toparnos” con “aquello que es”, “lo que es”, sin cubrirlo, disimularlo, cambiarlo, disfrazarlo o huirle, escaparle. En realidad, no es un acto de auto-aceptación, ya que allí, estaría el núcleo, el pensamiento-ego, aceptando o rechazando. Es ir dejando espacio, “lugar”, a esa conciencia, a esa mente que no está condicionada.  (y que nunca lo está, en realidad)
Es la ¡atención!,  ¡un mirando!, ¡un observando!, “lo que es”
No hay derroche de nada, de hecho, la ¡atención!, (regalo, don) es Energía Plena, ni una motita de distracción, de detraer energía hacia nada, hacia ninguna cosa.
Es una energía, en realidad, prístina, intocada, es, “desde el principio, ¡es!, desde siempre, “siempre estuvo y está, allí”
Tiene “su” cualidad, esta es la de restaurar, armonizar, ordenar.
Estamos viendo nuestra historia, la historia humana, desde “otra” perspectiva, en realidad, “es la perspectiva, sin perspectiva”
No es reemplazar, acomodar, sugerir nada. Es, si se quiere, desgarrador, es estar en carne viva, “ante uno mismo, desde uno mismo”
Por supuesto, esto requiere la “necesidad”, la sinceridad de entendernos, de comprendernos, no sólo uno quiere estar mejor y sacarse el problema de encima, el problema personal, que es en sí, minúsculo y superficial, sino que se trata de comprender el problema que es de todos, que nos toca a todos, y es la desazón, la tristeza, el “oler” que las cosas como se viven, son pobres, realmente mediocres.
La ¡atención!, realmente es un regalo, un don, y es algo que viene de fábrica, sólo que a diferencia de la respiración, hay que, ¡descubrirla!
Esta energía siempre está, es plena. Sucede que ha sido dispersada, derrochada en un sinfín de pensamientos, y su “calidad”, se ha visto distorsionada. Es como utilizar la electricidad para generar luz o para movilizar un arma nuclear.
“Conócete a ti mismo, por ti mismo”
La vida misma, ya es, tiene todos, pero todos los recursos para reestablecer un orden. La física cuántica habla de los procesos sustentables de la naturaleza.
Desde el Yoga, medio puro, que nos lleva a movilizar energías desde la respiración conciente - y - la ¡atención! sobre ella, (en realidad, la atención es igual a, conciencia) contamos con estos dos pilares que nos son de creación humana: “respiración - y - atención sobre ella”.
El “trabajo” yóguico, equilibra las energías de nuestro cuerpo, y sabemos que cuerpo desde el Yoga, se refiere a lo físico, emocional, mental y espiritual.
Siempre hemos empezado por determinar desde el pensamiento-ego como deben ser las cosas, pero ahora, ¡nada por decreto!
Este sí, es un camino si se quiere más duro, “doloroso” como diría nuestro querido Vivekananda.
No hay adornos, no hay escabullidas, no hay disfraces, sólo hay, lo que tiene que haber, y es, “lo que es”
Me encuentro con “lo que es”, sin querer modificarlo, arreglarlo, ocultarlo, y realmente se ahorran años de seguir perdiéndonos.
Hay que hacer la aclaración, y esta es la siguiente: se necesita que la persona, ya se halla dado cuenta de dos o tres cosas. ( sino, antes, paralelamente sería conveniente hacer un tratamiento a nivel psiquis, psicológico)
 No sólo es cuestión de salirse del problema, es comprender, entender algo más profundo.
¿Cuáles pueden ser los problemas?
Sentirse no querido
Tener siempre la necesidad de ser aceptados
Una vida dependiendo del que dirán
Sentirse sin valor alguno
Sentirse tremendamente egoísta o celoso
Todos “problemas” que en realidad cubren y no dejan ver, lo que hay detrás de ellos.
En realidad, todos ellos, nos dan la posibilidad de entender y de entendernos como seres humanos.
¿Cómo me veo?
¿Cómo considero la vida?
¿Reconozco o intuyo lo espiritual en mí?
Echar una mirada a viejos rencores, sufrimientos, dolores profundos.
Ver ante todo, que esos viejos sufrimientos, son energías, son paquetes de energía, moviéndose ante cada pensamiento, que también son paquetes de energías respondiendo inmediatamente.
Lo primero, lo primero, ¡ver las cosas tal y como son!
Anotar todos:   mis miedos
                        mis recelos
                       mis broncas
                      mis dudas
                     mis incertidumbres
                    mis pesares
Anoto, ¡todo!
Si lo que se creó fue por un pensamiento, que es sólo un movimiento, ¡será cuestión de salirse del movimiento!, no por decreto, no por fórmula, no por desesperación, sino por ¡Ver!, como funciona todo esto.
Y, ¿cómo funciona todo esto?
Si el pensamiento, al darse cuenta de su impermanencia, (siendo él, simplemente algo más en ese entramado de energías corporales y mentales) se construyó una “casita” que es “la casita-pensamiento-ego”, un núcleo, un centro, y se mantiene, “habiéndose separado del resto de los pensamientos” , “volviéndose algo estático” , endurecido y limitado, ¡al verlo!, ya me establece en otra situación, en otra posibilidad, tengo otra visión, otra perspectiva. (en realidad, es “perspectiva sin perspectiva”)
La mente hoy por hoy, ¿qué es?
Una “casita” de pensamientos-emociones, de palabras con connotaciones adheridas a ellas, por lo que se ha vivido en la familia, escuela, vida social.
 ¿Quiénes han creado nuestras experiencias?
Las palabras-pensamientos-emociones-sentimientos.
¿Cómo deshacer todo esto que ya está prendido, adherido al sistema nervioso?
No hay otra manera que ir viéndolo todo, “tal y como es”
Primero ver, por ejemplo: sentimientos de inferioridad.
Si en la casa sólo se han recibido reproches, malos tratos, o al contrario, sobreprotección, que ha hecho que todo lo original, puro de esa personita pequeña, quedara truncado, vedado, eso es algo ya visto, y hoy por hoy, todo eso es, pasado. Si no lo veo, es lo mismo que decir que uno sigue cargando con algo que es viejo, un bulto llevado en los hombros que es de ayer, que ya no existe, que se lo puede sencillamente dejar en el suelo. En realidad, es algo que tiene entidad sólo, en la mente de uno, y sí, lo ha registrado el sistema nervioso. La posibilidad de salirse de este enredo, lo da el ver las cosas como son, desde ese observando que encierra una ley que pone orden, porque no juzga, no quiere modificar nada, sí, quiere ¡entender!
Si lo pasado ya fue, si lo que está por venir, lo que es futuro, no es, el presente que no es el día de hoy, de las 24hs., sino eso que en realidad no lo puedo tocar ni guardármelo, hará “su” obra. El presente del que hablo, no está en el tiempo, es “otra” dimensión, “es”, “La” otra dimensión, por llamarlo de alguna manera.
Todas estas son meras palabras, ¡nada más!
¡Ah!, esas viejas tonterías, esas cargas inútiles, esos dolores “fantasmales” (los fantasmas de la memoria de D. Chopra)
Así que, el primer paso es mirar a cara descubierta, las cosas, “tal y como son”
Las cosas “tal y como son”, son lo evidente, aquello que sufro, que está en la superficie, ¡pero!, todo eso, ¿qué oculta? ¡ahí está la cuestión!
Es ver, de una manera que es “clara y distinta”, al ego reclamador, ese pequeñin vocinglero pidiendo siempre algo:                                 
                                                        queréme
                                                        dáme
                                                        reconóceme
                                                        mimáme
                                                        salváme
                                                        rescatáme,
                                                       a mí, a mí, a mí
                                                    dáme, dáme, dáme.
                                             ¿Y quién es ese otro al que pedimos?
                                                 Podrá tener muchos disfraces: 
                                                  mamá
                                                  papá
                                                  pareja
                                                 amigos
                                                 trabajos
                                                 relaciones, etc.
                                                 ¿Quién es ese otro? ¡Uno mismo!, puesto, ¡afuera!
Ese “otro”, es “otro” y tiene su vida. Sucede que ese otro, hace lo mismo que yo, me pide a mí, que le dé, que haga, que lo haga por él, en definitiva que “yo”, lo haga “ser”                                                                   
Sabemos que significa “ser” en nuestra pobre humanidad: tener cosas, objetos, posesiones, tierras, autos, vestidos, cosas y más cosas, queremos tener, obtener premios, reconocimientos, aplausos, diplomas, y todo eso es, ¡ser!
O sea que es una estructura creada desde necesidades personales, que nada tienen que ver con la verdadera vida de relación.
Si decimos que lo más importante en la vida es la relación, y ésta, es falsa, distorsionada, ¿qué queda de cierto, de real?
¡Tanta vida llena de tanta tontería!
¿Quién soy Yo?
¿Alguna vez me lo he preguntado sinceramente?
Y aquí se llega a la raíz del asunto.
Si lo que soy hoy, es un cúmulo de agregados que han sido “puestos” por otros, ¿quién soy Yo?
Mis miedos, ¡son de otro!
Mis dudas, ¡son de otro!
Mis resentimientos, ¡son de otro!
Mi violencia, es de otro
Mi timidez, generada por actos de otro
Mi soberbia, generada por la agresión de otro.
Un entramado ¡falso!, totalmente falso, y las cosas no son así, ¡no es así!
¿Quién soy Yo?
Lo que pienso y creo de mí, en realidad es ¡un pensar y creer de otro sobre mí!
Según el espacio, el medio en el que hemos crecido, así, nuestro hoy.
Ejemplo: miedos al afuera, al mundo, luego se tendrán miedos referidos a la vida misma.
Un hogar pleno de confianza hacia el mundo, luego se sentirá uno confiado en él, en el mundo.
“Si no vivo por encima de mis creencias, eso quiere decir que estoy siendo vivido por ellas”. (seré y soy vivida por mis creencias, programaciones, condicionamientos)
Es tan claro ver que somos como una computadora que ha sido programada para funcionar de “tal” manera, sólo que aquí, es una correa transportadora que viene construyéndose desde tiempo inmemorial en la humanidad.
¡Desprogramarla!
Por, ¡verlo!, no hay otra manera, sino sería seguir jugando en la misma habitación, el mismo espacio, y corriéndonos de un rincón a otro.
 
*Primera Etapa.
 
Ejercicio:* Observar los pensamientos que privan en mi “casita” mental.
                *¡Anotarlos! (sólo como ejercicio que me ayuda a comprender, a ver como funciono)
Descubrir que mi vida es, una infinidad de pensamientos, y de ellos, sólo dos o tres martillean constantemente.
*¿Cuáles son ellos? (¡precisarlos!)
 
*Segunda Etapa.
 
¡Ver! Que mi mente, es la única que existe. Es ella la que me habla desde todas las historias que ha registrado (ya que la mente de otros, está estructurada de la misma manera)
¡Hay una sola mente, la mente humana!
No hay nadie más en mi mente. Sólo movimientos de energías que se llaman pensamientos, corren, corren, corren.
¿Es posible que la mente deje de caminar?
La vida humana es lo mismo que decir la mente humana.
Esta vida-mente humana, es una moneda de dos caras: placer-dolor, dolor-placer.
¡Ver!, que hay un campo detrás del campo visible, un campo invisible, pero que sigue siendo material, más sutil, pero materia al fin. En realidad, conforman un solo paquete, mente-cuerpo.
En esta “limpieza” de nosotros mismos por nosotros mismos, no se trata de un lograr, de un alcanzar, de un llegar a ¡nada!, a ningún lugar, se trata de un: ¡comprender!, de un ¡ver!, de ¡ver! las cosas “tal y como son”
Si yo soy ese mismo otro, (como veíamos al comienzo) eso quiere decir que hay un solo ego, que ha sido construido desde tiempo inmemorial, por esa distorsión primigenia, (errar el blanco) en que se tomó por real aquello que es irreal.
Así como hay un ego falso, ¿eso me estará hablando de la existencia de un Yo real?
Si sólo hay una mente colectiva metida en este desconcierto, condicionada por el mayor de los condicionamientos, que es el pensamiento-ego, la humanidad toda, está comprometida en esto, y desde sí misma vendrá el desenredo, y este desenredo sólo podrá venir de la mano del: ¡ver las cosas tal y como son!, ¡pero!, paradoja de paradojas, desde cada “individualidad”.



                                          
 
                                                                                                       
 
 
   
 
 
 
   
 
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