Conectados con la respiración, estamos conectados profundamente con lo más sutil de la naturaleza con, lo más íntimo de la Vida, y ella, la respiración, nos enseña el camino de nuevo a casa.
Aprendemos a salir de la prisión de nuestras mentes. Nos hemos perdido en el Hacer, en el Pensar, en el Recordar, en el Anticipar, perdidos en lo que ya pasó y en lo que todavía no es.
Vivimos en un laberinto de problemas.
Árboles, animales, ríos, saben cosas que nosotros hemos olvidado.
Nos hemos olvidado de estar donde está la vida, de estar en el silencio, de estar, en el Aquí y Ahora.
La respiración al igual que la naturaleza, guarda dentro de ella un profundo silencio.
Descansando en la respiración.
Permaneciendo en la respiración.
Todas las cosas en la naturaleza, están unificadas con la totalidad, no se han apartado del entramado de la totalidad, nada reclama una existencia separada.
En nuestro cuerpo opera la Inteligencia de la Vida y es la misma que sustenta todo en la naturaleza, y para acercarnos al máximo a esa Inteligencia, somos conscientes del campo de energía interno, sintiendo la vida que lo anima todo, esa Energía que está detrás, de nuestra respiración.
Cuando percibo, cuando percibimos la naturaleza a través de los pensamientos, no podemos sentir la plenitud de la vida, ya que vemos sólo la forma y no somos conscientes de la vida que lo anima todo.
Todo en la vida descansa en el Ser.
Una flor, un árbol, un animal, son ellos mismos, tienen inocencia, santidad.
Más allá de las etiquetas mentales, se siente esa dimensión inefable de la naturaleza que no puede ser comprendida JAMAS, por el pensamiento.
El aire que respiro, es natural, como el propio proceso de respirar.
La Atención hacia la respiración y ¡ah! me doy cuenta de que estoy siendo respirada, respirado, no hay ningún esfuerzo en esto.
Percibiendo la respiración y aprendiendo a mantener la Atención sobre ella, se conecta con lo más íntimo de la vida, con lo más puro de la naturaleza.
Cambia la conciencia, la conciencia muta. Pasa del mundo conceptual del pensamiento, a la dimensión de la conciencia incondicionada.
La respiración, me enseña, nos enseña, a reconectar con el Ser, con ese Silencio Infinito, profundo.
Todo es una Unidad.
Todos somos esa Vida Una que se manifiesta en innumerables formas en el Universo y todo, está interconectado.
Así como en la naturaleza existe en una quietud inocente, así, yendo más allá del pensamiento, se entra en esa quietud, en ese silencio, que es una dimensión de Sabiduría, una dimensión de Amor.
