“No hay nada bueno ni malo, a menos que el pensamiento lo haga así” Shakespeare
¡Ah, si!, ¿y un crimen?
¿Quién lo comete?
La mente, no la mano
Bien, si no estuviera el pensamiento, que él mismo es corrupción, (en el sentido que es un fragmento, una parte) sólo se movería la totalidad (el bien)
Avidya - Khyati - Viveka - Khyati
Visión de ignorancia - Visión de discernimiento
Una Mente Universal en ignorancia, se “cree el viento, el aire, el fuego, el agua, la tierra, y tiene sus energías, las gunas, que se mueven dando lugar a toda esta diversidad y multiplicidad de cosas, entre ellas, el ser humano, y sí, es sólo a través del hombre, que la Consciencia Cósmica puede salir de su sueño de vida en la materia.
El hombre despierto, sigue en este mundo sin ser del mundo.
Todo es Mente, todo es Consciencia, que se pare a sí misma en la diversidad y multiplicidad, y regresa a través del hombre, despierto.
“Lila”, el juego o drama de la Vida, para sacar a luz, la Verdad. (Ella, nos libera)
Si estoy atada a la estructura del ego, que es la estructura de la dualidad, estoy atada al placer-dolor.
¿Qué es esta estructura del ego?
Ella misma es: miedo, separación, Brahma.
¿Quién fragmenta a la mente?
El pensamiento parloteador.
En la Conciencia Universal, los upadhis, las limitaciones son el tiempo, espacio y la causalidad. Todo hasta aquí, bien, ya que equivale a COSMOS, ORDEN, ARMONÍA, ¡¡pero!, en la mente particular y colectiva de la humanidad, la separación de yo – y – el resto del mundo, resulta en una división nefasta, que equivale a autodecepción, esto se refiere al auto - reflejo, y es necesario salirse del auto - reflejo.
Los upadhis son: la inteligencia humana, la mente como pensamiento-ego y el cuerpo y, la identificación con todos ellos.
Cada cuerpo, es parte del cuerpo universal cósmico.
Enredarse con las formas, es la identificación con mi cuerpo, con mi casa, mis hijos, y olvidarse del ser.
Al haber un mirar, ver, sin elección, no hay interés personal (ego) y las cosas no se distorsionan.
Vamos a ir al corazón del Yoga, y este apunta al “acto de ver”, de ver las cosas, tal y como son. Hay un Ver, que es de una calidad única y es aquello que hay que ¡descubrir!
El Yoga apunta al acto de Ver, un acto de Ver, que no es de factura humana mental, refiriéndose a la mente en movimiento con sus gustos y disgustos y todo tipo de elecciones (la parloteadora) si, se refiere a la mente como espejo límpido, que refleja “Lo Que Es” (el ojo de Dios, viéndose a sí mismo)
Este acto de Ver, brota de la naturaleza misma del ser del hombre.
Hoy por hoy, hasta hoy, no vemos “Lo Que Es”, vemos lo que creemos, lo que deseamos, proyectamos, todas formas de ideación, ¡todas!, impropias del real acto de Ver.
Hay un darsana, una visión, que no es tocada ni empañada por actividad mental alguna, es decir, la mente no se mueve, funciona como espejo, esta “visión pura”, que ve las cosas como son, ha sido empañada desde tiempo inmemorial, y es cuando la ideación interviene y usurpa el lugar de la visión pura (recordar el tsunami y los elefantes yendo a protegerse en la montaña, viviendo ellos, su realidad existencial y nosotros quedándonos con la realidad ideacional que hemos creado)
El acto de ver se parece al acto de respirar (es un sin esfuerzo). La respiración es una actividad existencial, vital de la vida. Uno respira esté conciente o no. Decir: “yo respiro” es ideacional, del mismo modo “ver”, es una actividad existencial que se la ha distorsionado por la actividad ideacional: “yo veo”
Si se estuviera atento, si se cayera del burro, caeríamos en la cuenta que aquello que nos permite ver, entender, es “quién ve” que es una energía inteligente, viene de fábrica, es una actividad existencial.
En el presente vivo, habita la realidad. La realidad es prescindente de lo que el hombre piensa, siente o hace.
Hay un “quien ve” existencial que se ve opacado por el “yo veo”, “yo soy quien ve y el observador”, y en esto estamos incluyendo el cuerpo, los sentidos y mente en este yo, pero todos estos son capaces de ser observados directamente como en el caso del cuerpo, todo esto pertenece al reino de "lo visto", cae en esa categoría.
La energía que permite al hombre que vea: Drk - Sakti y la energía que constituye “lo Visto” - Darsana-Sakti, incluyendo las imágenes mentales y los objetos o acontecimientos materiales, son dos energías distintas que interactúan constantemente una con otra.
Suponer, que la energía que nos permite ver y la energía que constituye lo visto son una misma cosa, es una tensión – klesa, llamada: asmita – el sentido del, “yo soy esto o aquello”
Tensión, porque genera una contradicción entre lo existencial y lo que se piensa que es, lo ideacional, tensión que también nace debido de la inatención o sea desatención y por ende, de la avidya – ignorancia de lo que un momento tras otro realmente existe.
Sobre el suelo de la ignorancia, echan raíces todas las tensiones y trastornan la visión que el hombre tiene de la realidad.
¿Qué es el Yoga?
Un estado extraordinario del ser, en el que el movimiento electivo de la mente, llega a detenerse y permanecemos en un estado de conocimiento inelectivo de “lo que es”
¿Cuál es el estado que conocemos?
El de estar condicionados por las normas “prestigiosas” de la consciencia social – la razón social, que puede ser desafiado por el hombre que quiera hacerlo, con el fin de descubrir la Verdad que subyace en su modo condicionado y conformista de vivir.
Tal desafío, exige, libertad.
Y sí, el hombre tiene libertad para elegir, pero, se hace la pregunta básica sobre lo que esta libertad significa. Claro, después de todo ¿qué es la libertad, se reduce a elegir y luego caer nuevamente en la lógica inexorable y viciosa de la electividad, o en la naturaleza misma de la libertad hay implícito algo más?
La libertad de elección implica también la libertad de no-elección. Debe ser así, sino la palabra libertad perdería su mismo significado.
Este importante descubrimiento, es el que inspiró “la visión de la realidad” o sea, el Yoga Darsana.
Optar por no elegir, pone fin de una vez por todas a la identificación del hombre con el mundo de la ideación, la ilusión, la ficción, generado por la elección (ilusión)
Esto causa una verdadera, radical revolución en el modo condicionado de vida en el que el hombre está atrapado. Rechaza resueltamente, todo, lo que pertenece al reino de lo ideacional, y pone al hombre frente a frente con la situación existencial, y da lugar a un conocimiento puro, un yo sin atributo alguno, sin siquiera el de “yo soy”. Un punto que tiene posición pero carece de magnitud, ¿especie de vacío, una totalidad observando?
Esto es lo que quiere decir Yoga: “El Yoga es citta-vrtti-nirodha”, un estado del ser, en que el movimiento ideacional electivo se detiene, estado que nace como resultado de que el hombre ejercita su libertad innata en dirección a la no-elección.
No hay control egocéntrico, ni supresión, ni represión de pensamientos o género alguno de esfuerzo, envueltos en este acto de no-elección.
Es sólo ejercer la libertad en la dirección correcta (de alguna manera) y la situación existencial, se revela, “bajo la ardiente mirada de la percepción pura-alerta, atención plena.
El significado de las palabras citta-vrtti-nirodha, es, la libertad-kaivalya, respecto de todas las esclavitudes de la consciencia condicionada.
“Optar” por no elegir, es dar el primer y último paso hacia kaivalya - la libertad total.
Empieza a batir acá en el pecho, un imperativo existencial: “Optar por no elegir” y ejercito mi libertad innata en esta dirección negativa: “Citta-Vritti-Nirodha”, ¡sí!, pulsa en mí, el establecerme en mi identidad existencial.
La otra única opción, es enredarse en una identificación con elecciones, vritti- sarupya (rueda del hamster – moneda del sufrimiento) y sufrir las consecuencias de las tensiones, conflictos y la aflicción que trae consigo.
Así que, tenemos + la visión nacida de la ignorancia de lo que existe realmente: Avidya-
de la inevitable aflicción de aferrarse al sentido del yo, mi, mío.
y + vision nacida del conocimiento alerta
Lo primero se llama: Avidya-Khyati
Lo segundo se llama: Viveka-Khyati
La palabra Khyati, significa darsana o visión.